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jueves, 10 de noviembre de 2011

Soyuz 18A. El lanzamiento mas accidentado.

Los cosmonautas Vasily Lazarev y Oleg Makarov.

Si vamos a los números, la exploración espacial a los americanos les ha supuesto 14 bajas en vuelo (los dos transbordadores), mientras que a los soviéticos solamente 4 (la Soyuz 1 y la 11). Sin embargo estos últimos siempre estuvieron continuamente al borde del desastre y en casi todas las ocasiones les acompañó la suerte. Este es uno de esos casos, el de la Soyuz 18 A.
Una vez fueron derrotados los soviéticos en la carrera lunar, estos se centraron en la creación de estaciones espaciales, cosa en la que adquirieron una gran experiencia que fue de vital importancia en la construcción de la Estación Espacial Internacional.
Ya habían puesto en órbita cuatro estaciones Salyut, cuando se disponían a enviar el segundo reemplazo a la Salyut 4. Estaba compuesto por los cosmonautas Oleg Makarov y Vasily Lazarev. Este lanzamiento se le denominó en occidente: “18 A”. Debido a que los soviéticos no asignaban un nombre oficial a sus misiones hasta que sus naves no alcanzaban la órbita terrestre. Esta misión fue abortada por lo que nunca llegaría a tener nombre, siendo conocida como “la anomalía del 5 de abril”, dejando el nombre de Soyuz 18 para la siguiente misión.
El 5 de abril de 1975, Lazarev y Makarov fueron los primeros en experimentar un fallo de un cohete lanzador durante una misión tripulada, aunque afortunadamente sin graves consecuencias.
El lanzamiento de la Soyuz se realizó con un cohete del mismo nombre. En un principio todo marchaba correctamente. Una vez agotado el combustible se desprendieron los cuatro cohetes laterales que forman la primera atapa. El núcleo central seguía ahora solo, ejerciendo el empuje necesario para alcanzar la velocidad orbital. A los 2 minutos y 40 segundos la torre de escape fue expulsada. La torre de escape consiste en unos motores colocados en la ojiva del cohete, que en caso de fallo en el lanzamiento, arranca el habitáculo de los astronautas y lo aleja del resto del conjunto. Se encontraban ya a 180 km. de altura y de producirse algún fallo la nave podía abortar el lanzamiento por sí misma. Pero a los cinco minutos del lanzamiento se terminó de consumir el propulsante de la segunda etapa, y aquí comenzaron los problemas. La separación de esta etapa y la tercera falló, entrando en funcionamiento los motores de esta última y llevando colgada consigo la segunda. Algunos de los cierres que debían de soltarse no lo hicieron y la nave volaba ahora de forma incontrolada dando tumbos. La tripulación solicitó al control de tierra que abortasen la misión, pero las señales que recibían los controladores eran tan exageradas que pensaron que se trataba de un falló de sus instrumentos. Entonces se mantuvo una desesperada discusión entre ambos grupos hasta que los equipos de seguridad de la Soyuz detectaron el problema y activaron automáticamente la secuencia dirigida a abortar la misión. A partir de este momento la nave comenzó todo un protocolo de maniobras con el fin de retornar a los cosmonautas sanos y salvos a tierra, los cuales funcionaron a la perfección. Para ello la cápsula se separó del resto del cohete y a continuación el módulo orbital, para de esta forma proceder al descenso controlado. Ya se encontraban a mas de 180 km. de altura y al velocidad era de 17.000 Km/h. Pero la posición en que se encontraba la Soyuz iba a hacer que la reentrada fuera extremadamente brusca, llegando a alcanzar aceleraciones de hasta 20 g. Como diría Makarov: “Más allá de 10 g. no puedes respirar”. Así todo, la nave seguía comportándose de forma precisa, y a los 10 km. de altura, el paracaídas se desplegó correctamente.
El problema ahora sería el lugar de aterrizaje, puesto que no hubo tiempo para realizar ninguna maniobra que llevara la capsula a un lugar idóneo. El lugar elegido por el azar fue la cordillera Altai, en la Siberia Occidental, cerca de la frontera con Mongolia en un territorio controlado por los chinos, con los cuales en aquellos momentos las relaciones eran bastante tensas. Más concretamente la Soyuz fue a caer sobre la ladera de una montaña cubierta de nieve, por la que fue rodando hasta que los cordajes del paracaídas se engancharon entre la arboleda, frenándola de esta manera cuando ya estaban al borde de un precipicio. Ambos cosmonautas sufrieron graves lesiones internas debido a la reentrada y la posterior caída, hasta el punto de que Lazarev no volvería más a volar.
Pocas horas después, los cosmonautas y su nave eran rescatados por helicópteros del ejército soviético en una misión más propia de una situación de guerra. La versión oficial diría que la cápsula había sido recogida en las montañas Altai, pero en territorio soviético. Afortunadamente, los chinos no se enterarían de esta acción.
A pesar de tantas calamidades y debido a que no llegaron a alcanzar la órbita, a los cosmonautas en un principio se les denegó la prima de 3.000 rublos que el estado concedía a todos aquellos que volaban al espacio. Tuvieron que llegar con su súplica hasta el mismísimo Brezhnev para que les fuera concedida.
En occidente se conocería esta misión como la “Soyuz 18A”, quedando el nombre de “Soyuz 18B”, para la que sería oficialmente llamada por los soviéticos como la “Soyuz 18”. Es de destacar en esta misión el perfecto funcionamiento de los componentes de la nave en casos extremos, gracias a los cuales no se produjeron desgracias personales.

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