El tiempo en Gijón (España)

Música: E. Grieg y R. Korsakov

Buscar en este blog

viernes, 21 de enero de 2011

El carguero Progress


Cuando la Carrera Espacial llegó a su fin, los soviéticos miraron hacia otro lado como si aquella pugna tácita no hubiera ido con ellos. En octubre de 1969, Brezhnev manifestaría abiertamente en el Kremlin que los objetivos de la exploración espacial soviética nunca se habían dirigido a poner un hombre sobre la superficie lunar, sino a la creación de estaciones espaciales, con las que adquirirían la experiencia suficiente que los llevara a metas mayores. Hoy en día con la desaparición de la U.R.S.S. sabemos perfectamente que los soviéticos contaban con un gran programa lunar, que los llevara al satélite antes que los americanos para seguir mostrando al mundo su potencial tecnológico.
Heridos en su amor propio centraron su actividad en la creación de estaciones espaciales, lo cual les llevó a ser unos expertos en el tema, lo que serviría de referente en la construcción de la Estación Espacial Internacional.
Los soviéticos pondrían en órbita siete estaciones Salyut, para terminar con la exitosa estación MIR. Las estancias de los astronautas en el espacio se iban prolongando cada vez más, hasta que llegó el momento con la Salyut 6 en que se vio la necesidad de crear un vehículo automático que sirviera de reabastecimiento de víveres y combustible a las estaciones.
Siguiendo con la política conservadora soviética, estos se limitaron a adaptar la nave Soyuz a las nuevas necesidades. La nave Soyuz está formada por tres módulos; el de servicio, el de descenso y el orbital (véase: Soyuz 5). El módulo de servicio está formado por toda la parte mecánica de la nave, la cual no regresa a la Tierra ya que se desprende del resto de la nave y se desintegra con la entrada en la atmósfera. El segundo módulo es el de descenso, que es el compartimento donde viajan los astronautas. Y por último el módulo orbital que sirve a modo de estancia a los cosmonautas para realizar experimentos, o de almacén, este módulo tampoco retorna a tierra.

La nueva nave de reabastecimiento soviética, denominada Progress, tiene un aspecto exterior similar a la Soyuz. El módulo de servicio sigue siendo igual al de la Soyuz, en un principio la única excepción era la ausencia de los dos paneles solares, que debido al menor consumo de energía fueron sustituidos por baterías, las cuales podían ser recargadas con los sistemas de la estación espacial a la que era atracada. Hoy en día se ha vuelto al uso de paneles solares para el abastecimiento de energía propio. El módulo de descenso en este caso se convierte en un gran depósito de combustible, que servirá de abastecimiento de propulsante a la estación espacial, con una capacidad de casi mil kilos. Y por último el módulo orbital es una zona presurizada donde acceden los cosmonautas de la estación para proceder a la extracción de aproximadamente 1.400 kilos de comida, aire, agua, y demás objetos que puedan ser necesarios en la estación. Una vez vaciado este compartimento, se comunica mediante unas mangueras el módulo de descenso con los depósitos generales para proceder a la extracción del combustible. Terminada toda la operación, el módulo orbital es llenado con todos los materiales de desecho: basura, excrementos, etc. Desintegrándose la nave al completo contra la atmósfera terrestre, ya que no dispone de sistema de retorno. Hasta la llegada de la Progress, todos los desechos se tiraban al espacio, quedando estos alrededor de la nave largo tiempo, hasta que se disipaban, creando así un entorno de basura espacial muy peligroso. Con esta nueva filosofía de reabastecimiento se crearían a partir de este momento todas las estaciones espaciales, disponiendo todas ellas de más de un puerto de atraque.
A la izquierda nave Soyuz atracada en la Estación Espacial Internacional, a la derecha carguero Progress. Quizás la diferencia mas visible de estas dos naves son las vantanas de la Soyuz en el módulo de descenso.

En este momento, además de la función de reabastecimiento, la Progress también cumple con la misión de elevar periódicamente a una órbita superior la Estación Espacial Internacional. Debido al rozamiento con las capas altas de la atmósfera, esta pierde velocidad con la consiguiente caída de órbita, la cual es recuperada o bien con la ayuda del Transbordador Espacial norteamericano, o mediante los motores del módulo Zvezda, o mediante la misma Progress.
Con más de treinta años, la nave Progress sigue estando activa, ya que en la actualidad sube unas cuatro o cinco veces al año a llevar víveres a la Estación Espacial Internacional, siendo su operatividad todo un éxito de la astronáutica.
Introducción de una nave Progress en el carenado aerodinámico que la acompañará hasta salir de la atmósfera. Posteriormente su montaje sobre el cohete y traslado a la plataforma de lanzamiento.

SEGUIR LEYENDO [+]